¿Te sientes perdido?
¿Improductivo?
¿Desmotivado tal vez?
¿Quizá procrastinando algunas tareas?
¿Has llegado a pensar incluso que eres vago?
Préstame unos minutos de tu tiempo porque puedo ayudarte.
La claridad es ese estado de conciencia que te permite procesar información, reflexionar y tomar decisiones de manera efectiva y eficiente.
Se reducen las dudas y la confusión. Desaparece la niebla mental y el ruido.
Te sientes enfocado y con la capacidad de entender mejor las situaciones que te rodean y llevarlas a tu terreno.
Es la hostia.
Y la hostia de difícil de conseguirlo.
¿Y sabes por qué es tan complicado?
Porque ya casi no nos hacemos preguntas.
Activamos el piloto automático durante semanas, meses… e incluso años.
El ruido no es algo nuevo.
La claridad mental ha sido un tema de interés desde la antigüedad.
Los estoicos enfatizaban la importancia de la percepción clara de la realidad para vivir una vida virtuosa.
En el contexto del budismo, la claridad mental es un componente esencial del camino hacia el despertar.
Filósofos y monjes, gente que se hace preguntas.
Nosotros ahora tenemos redes sociales, Netflix y un cerebro en piloto automático.
No nos lo están poniendo fácil para hacernos preguntas.
Los beneficios de la claridad mental
Esto es lo que ocurre cuando reduces el ruido de tu mente:
Priorizas de forma efectiva: eres capaz de decidir qué cosas son prioritarias en tu vida con más rapidez y menos dudas.
Mejoras en la toma de decisiones: la claridad mental te permite tomar decisiones más informadas y coherentes con tu visión y objetivos a largo plazo.
Aumentas tu productividad: con menos ruido mental, cualquier tarea se pone en “modo fácil”.
Reduces el estrés: la claridad ayuda a manejar el estrés al facilitar un enfoque más sereno y menos reactivo a los problemas que surgen.
Mejora tu comunicación: articulas ideas mucho más claras. Cuando sabes a dónde vas es más sencillo explicar lo que tienes en mente.
Estos son algunos de los beneficios más directos, pero la lista de efectos positivos indirectos es infinita.
Lo que estoy haciendo para mejorar la claridad
No hay nada como pasar estos conceptos tan etéreos a acciones cotidianas.
Aquí van algunos recursos prácticos que puedes hacer hoy mismo y despejan tu mente poco a poco.
Establece objetivos: sin duda la más importante. Pon el rumbo a tu vida y dirígete a alguna parte. Empieza dando dirección a tus días y luego a tus semanas. ¿Dónde quieres ir?
Tengo una ayuda extra al final de esta newsletter.Organizar el espacio de trabajo: yo lo tengo que hacer cada semana porque soy un desastre cíclico. Dedica unos minutos a poner tu escritorio o espacio de trabajo lo más ordenado posible.
1 día, 1 tarea: te levantas y apuntas 1 tarea que quieres sacar hoy. Solo una. Ya tienes un foco para hoy. Evidentemente, vendrán más tareas y problemas y de todo, siempre pasa. Pero tú ya tienes una misión completada y eso es paz.
Haz equilibrios con las rutinas: café → tarea importante → emails … y listo para lo que venga. Este es mi arranque matutino y saber que funciona así cada día me hace sentir bien y avanzar.
Pausas obligatorias: mi perro me obliga a sacarlo a mitad de mañana a la calle. Tengo esa ventaja. Gracias a Bebo desconecto mentalmente y me muevo físicamente durante un rato, lo justo para hacer un pequeño reset.
Estas son algunas de las cosas que a mí me funcionan.
Seguro que tienes muchas más opciones que se adaptan mejor a tu tipo de trabajo, estilo de vida, estructura familiar… la cuestión es que las busques y las pongas en práctica.
Para terminar, estoy construyendo una pequeña plantilla de Notion que podría servirte para estos primeros pasos en el camino a la claridad:
Es muy sencilla de utilizar, pero si necesitas una ayuda, contéstame a este correo y te mando un vídeo cortito de cómo usarla.
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